A partir de lo que estamos pasando en el mundo, podemos comprobar que las formas tradicionales de vivir, convivir y trabajar pueden cambiar. Podemos comprobar, asimismo, el esfuerzo y deseo que hay por superar catástrofes como terremotos, inundaciones o pandemias como la que vivimos en la actualidad. En este sentido, el mundo de las edificaciones también ha tenido ciertos giros en las formas de trabajar.

En el sector de la construcción se ha hablado sobre cuál es el objetivo de crear normas para la edificación y la respuesta es la misma: salvaguardar la vida de las personas. Esto no tiene que ver solamente con el tema estructural. Gracias al desarrollo sustentable hemos reconocido que las construcciones van más allá de seguir en pie; también se preocupan por tener un nivel de habitabilidad saludable, confortable y amigable con el medio ambiente.

A través del webinar organizado por Expo CIHAC, “Continuidad de Negocio en la Construcción: ¿Cómo Reactivar la Industria?”, especialistas de la construcción sustentable y en normalización ahondaron en cómo las tecnologías en la construcción han motivado a tener una mayor especialización tanto para profesionistas o como para expertos técnicos a fin de poder medir todos los elementos del ciclo de vida de una edificación.

En este sentido, la directora General del Organismo Nacional de Normalización y Certificación de la Construcción y Edificación (ONNCE), Evangelina Hirata, explicó que en la actualidad y a petición del sector de la construcción,  se están trabajando en normas que tienen que ver sobre la calidad del ambiente interior en las edificaciones y los parámetros de la evaluación del desempeño energético: “Para lograr esto, debemos reforzar un brazo ejecutor: los reglamentos o códigos de construcción”, aseguró.

Señaló, asimismo, que la modernización de la tecnología que se tiene que atender para hacer que la edificación sea segura en todos sus aspectos, no se logra si los reglamentos de construcción no están actualizados a esta modernidad y a estas necesidades. “Se puede ayudar a través de las regulaciones a establecer un criterio mínimo necesario para que las construcciones contengan todo sobre la seguridad, la salud y confort”, reconoció.

Dentro del webinar, también se hablo de la importancia que tiene la construcción en términos generales para la economía del país. Los panelistas recordaron que esta  industria es un gran impulsor de empleos directos e indirectos, siendo la cuarta actividad económica que más aporta al crecimiento del país con 8 % del PIB nacional, además de que tiene injerencia en alrededor de 50 ramas de la industria.

El sector de la construcción no ha parado actividades durante la pandemia, si bien ha tenido que implementar estrategias para mantener a los empleados con bajo riesgo de contagio, como son horarios escalonados, mayores espacios de trabajo y alineados con la normatividad que marca la ley.

Por ello, se resaltó el esfuerzo que ha mantenido este sector pues no ha parado actividades durante la pandemia, si bien ha tenido que implementar estrategias para mantener a los empleados con bajo riesgo de contagio, como son horarios escalonados, mayores espacios de trabajo y alineados con la normatividad que marca la ley.

Benjamín Mondragón, director Financiero de Sacyr Construcción México, ejemplificó lo mencionado: “Nosotros en la entrada de las obras tomamos temperatura y seguimos todos los protocolos necesarios para evitar contagios; la mayoría que hemos trabajado este tipo de infraestructura sabemos que tenemos entre 300 hasta 1 mil trabajadores pero que podemos mantener en ambientes de bajo riesgo, bajo espacios de trabajo ordenado”.

Otro de los temas que se tocaron durante este webinar  fue la dicotomía entre la ciudad y la arquitectura actual. Por un lado, según explicaron los ponentes virtuales, 82 % de los habitantes pertenece a la población urbana en México, sin embargo, la ciudad ha aglutinado a la gente y esto durante la pandemia se convierte en algo sumamente peligroso.

Bernardo Gómez Pimienta, fundador de BGP Arquitectura, recordó que “al principio del siglo XX se vivieron varias epidemias, como la gripe española o la tuberculosis, y esto empezó hacer que se buscaran espacios muchos más saludables para poder trabajar y para poder vivir. Esta arquitectura con muchos balcones, muchas ventanas para que entrara el aire y el sol, hizo que cambiaran las ciudades, con una arquitectura más limpia y más sencilla”.

Concluyó que la planeación urbana permite, entre otras cosas, hacer que la gente viva más cerca de su lugar de trabajo, y ejemplificó cómo en París están eliminando 80 % del estacionamiento de superficie para incrementar el espacio del peatón y añadir carriles para bicicletas.